viernes, 14 de diciembre de 2012

Las ínsulas extrañas

Hoy es el día del místico san Juan de la Cruz, uno de mis autores favoritos. No puedo dejar de traer aquí estas estrofas del Cántico espiritual.


Mi amado, las montañas, 
los valles solitarios nemorosos, 
las ínsulas extrañas, 
los ríos sonorosos, 
el silbo de los aires amorosos. 

La noche sosegada, 
en par de los levantes de la aurora, 
la música callada, 
la soledad sonora, 
la cena, que recrea y enamora. 

Cazadnos las raposas, 
que está ya florecida nuestra viña, 
en tanto que de rosas 
hacemos una piña, 
y no parezca nadie en la montiña. 

Detente, Cierzo muerto: 
ven, Austro, que recuerdas los amores, 
aspira por mi huerto, 
y corran tus olores, 
y pacerá el Amado entre las flores. 

Oh ninfas de Judea, 
en tanto que en las flores y rosales 
el ámbar perfumea, 
mora en los arrabales, 
y no queráis tocar nuestros umbrales. 

Escóndete, Carillo, 
y mira con tu haz a las montañas, 
y no quieras decidlo;
mas mira las campañas 
de la que va por ínsulas extrañas.

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