domingo, 20 de abril de 2014

Soneto LXIX

Walter Rane: Castidad


Las partes que de ti ven los ojos del mundo 
en nada el corazón las puede mejorar: 
todas las lenguas -voces del alma- lo proclaman, 
pues es la verdad pura, que hasta el rival admite. 

Así, loas externas coronan tu exterior, 
por eso las mismas lenguas, que te dan lo que es tuyo, 
emplean otro tono para anular tu elogio, 
mirando más allá de lo que ve la vista. 

Buscan dentro de ti la belleza de tu alma 
y conjeturan que ésta se mide por tus hechos; 
rústicas, pues, sus mentes, aunque amables sus ojos, 
a tu flor bella añaden hedor de malas hierbas. 

¿Pero por qué tu olor no iguala tu apariencia? 
La culpa es de que creces en suelo comunal. 

William Shakespeare

jueves, 17 de abril de 2014

La Pasión según Bouguereau

Todas las obras de William-Adolphe Bouguereau, aquí.

William-Adolphe Bouguereau (1825-1905): La flagelación, 1880

William-Adolphe Bouguereau (1825-1905): Compasión, 1897

William-Adolphe Bouguereau (1825-1905): Pietà, 1876

William-Adolphe Bouguereau (1825-1905): Las santas mujeres en el sepulcro, 1893

Con ánimo de hablarle en confianza
de su piedad entré en el templo un día,
donde Cristo en la cruz resplandecía
con el perdón que quien le mira alcanza.

Y aunque la fe, el amor y la esperanza
a la lengua pusieron osadía,
acordéme que fue por culpa mía,
y quisiera de mí tomar venganza.

Ya me volvía sin decirle nada,
y como vi la llaga del costado,
paróse el alma en lágrimas bañada:

Hablé, lloré y entré por aquel lado, 
porque no tiene Dios puerta cerrada 
al corazón contrito y humillado. 

Félix Lope de Vega

lunes, 7 de abril de 2014

Memoria de tránsito

Margaret Merry: Nuestra Señora de las Angustias, Granada
 
Abril, porque siento, creo,
pon calma en los ojos míos,
¿los montes, mares y ríos,
qué son sino devaneo?;
mirando la nieve veo 
memoria de tu hermosura, 
y cuando vi en su blancura 
tu inmediata eternidad, 
¿fuiste si no claridad, 
temblor, paciencia y dulzura? 

Van Gogh: Mujer paseando en el jardín, 1887

Tu leve paso indolente 
deja en mis ojos su aroma, 
los ojos en donde toma 
revelación permanente; 
bienaventuradamente 
nacieron para el olvido, 
tu piel de asombro encendido, 
tus ojos de limpio viento, 
y esta ternura que siento 
«herido de amor huido». 

Margaret Merry: Santa Ana

Los sitios donde has estado 
en la memoria los llevo 
sólo para ver de nuevo 
el rastro que allí has dejado; 
la tierra que tú has pisado 
vuelvo a pisar; nada soy 
más que este sueño en que voy 
desde tu ausencia a la nada. 
Me hizo vivir tu mirada: 
fiel al tránsito aquí estoy.

Luis Rosales