sábado, 10 de noviembre de 2018

Mírame



Desde ese tiempo diferente al mío
en que de una mirada ven Tus ojos
la semilla la rosa y los despojos
nacercorrerdesembocar al río

mira esta pobre vida desgarrada
entre el ayer el hoy y mil quién sabe
de los que sólo Tú tienes la llave

mírame en esta hora desolada
 a tientas sin saber equivocándo-
me en todos los recodos del camino
confundiendo el veneno con el vino 

mira qué Noche oscura qué sangrando 
mira cómo hacia Ti se elevan juntas
desde mi herida todas las preguntas

Miguel d'Ors

domingo, 14 de octubre de 2018

Espuma

Joaquín Sorolla: Rompeolas de san Sebastián, 1913.


Miro la espuma, su delicadeza
que es tan distinta a la de la ceniza.
Como quien mira una sonrisa,
aquella por la que da su vida y le es fatiga
y amparo, miro ahora la modesta
espuma. Es el momento bronco y bello
del uso, el roce, el acto de la entrega
creándola. El dolor encarcelado 
del mar, se salva en fibra tan ligera; 
bajo la quilla, frente al dique, donde 
existe amor surcado, como en tierra 
la flor, nace la espuma. Y es en ella 
donde rompe la muerte, en su madeja 
donde el mar cobra ser, como en la cima 
de su pasión el hombre es hombre, fuera 
de otros negocios: en su leche viva. 
A este pretil, brocal de la materia 
que es manantial, no desembocadura, 
me asomo ahora, cuando la marea 
sube, y allí naufrago, allí me ahogo 
muy silenciosamente, con entera 
aceptación, ileso, renovado 
en las espumas imperecederas.

Claudio Rodríquez

Joaquín Sorolla: Instantánea, 1906.

miércoles, 7 de febrero de 2018

Mientras baja la nieve

Riaza, Segovia.

Ha bajado la nieve, divina criatura, 
el valle a conocer. 
Ha bajado la nieve, mejor que las estrellas. 
¡Mirémosla caer! 

Viene calla-callando, cae y cae a las puertas 
y llama sin llamar. 
Así llega la Virgen, y así llegan los sueños. 
¡Mirémosla llegar! 

Ella deshace el nido grande que está en los cielos 
y ella lo hace volar. 
Plumas caen al valle, plumas a la llanada,  
plumas al olivar. 

Tal vez rompió, cayendo y cayendo, el mensaje 
de Dios Nuestro Señor. 
Tal vez era su manto, tal vez era su imagen, 
tal vez no más su amor.

Gabriela Mistral

Riaza, Segovia.