lunes, 31 de diciembre de 2012

Año nuevo

Edward Robert Hughes, (1851-1914): Noche con su séquito de estrellas

A las doce de la noche, por las puertas de la gloria
y al fulgor de perla y oro de una luz extraterrestre,
sale en hombros de cuatro ángeles, y en su silla gestatoria,
San Silvestre.

Más hermoso que un rey mago, lleva puesta la tiara,
de que son bellos diamantes Sirio, Arturo y Orión;
y el anillo de su diestra hecho cual si fuese para
Salomón.

Edward Robert Hughes: Noche

Sus pies cubren los joyeles de la Osa adamantina,
y su capa raras piedras de una ilustre Visapur;
y colgada sobre el pecho resplandece la divina
Cruz del Sur.

Va el pontífice hacia Oriente; ¿va a encontrar el áureo barco
donde al brillo de la aurora viene en triunfo el rey Enero?
Ya la aljaba de Diciembre se fue toda por el arco
del Arquero.

Edward Robert Hughes: Fantasía de luces

A la orilla del abismo misterioso de lo Eterno
el inmenso Sagitario no se cansa de flechar;
le sustenta el frío Polo, lo corona el blanco Invierno
y le cubre los riñones el vellón azul del mar.

Cada flecha que dispara, cada flecha es una hora;
doce aljabas cada año para él trae el rey Enero;
en la sombra se destaca la figura vencedora
del Arquero.

Al redor de la figura del gigante se oye el vuelo
misterioso y fugitivo de las almas que se van,
y el ruido con que pasa por la bóveda del cielo
con sus alas membranosas el murciélago Satán.

Edward Robert Hughes, (1851-1914): Alas de la mañana

San Silvestre, bajo el palio de un zodíaco de virtudes,
del celeste Vaticano se detiene en los umbrales
mientras himnos y motetes canta un coro de laúdes
inmortales.

Reza el santo y pontifica y al mirar que viene el barco
donde en triunfo llega Enero,
ante Dios bendice al mundo y su brazo abarca el arco
y el Arquero.

Karl Wilhelm Diefenbach: Pregunta a las estresllas, 1901

Luis Ricardo Falero

domingo, 30 de diciembre de 2012

La carta, IV

Arthur M. Hazard, (1872–1930): La carta, 1903

Giovanni Boldini: La carta, 1873

Jessie Elliot Gorst: La carta de amor, 1899

John Hoppner, (1758-1810): Retrato de una dama

Joseph Caraud: La carta

Louis Chalon: La carta

Natale Schiavoni: La carta

William Kay Blacklock: La carta

William MacGregor Paxton: La carta, 1908

jueves, 27 de diciembre de 2012

La carta, III

Alfred Stevens, (1823-1906): Mujer de azul

Charles Baugniet, (1814-1886): La carta

Jean Peské: Mujer escribiendo una carta

Charles Sillem Lidderdale, (1831-1895): La carta, 1882

Jules Alexandre Grun, (1868 - 1934): La carta

James Hayllar, (1829–1920): La carta, 1898

lunes, 24 de diciembre de 2012

Feliz Navidad

Mancini: Descanso en la huída a Egipto.
Pinacoteca de la Ciudad del Vaticano.

¡Habla, que lo quiere el niño!
¡Ya está hablando!
El Hijo del Hombre, el Verbo
encarnado
se hizo Dios en una cuna
con el canto
de la niñez campesina
canto alado…
¡Habla, que lo quiere el niño!
¡Hable tu papel, mi pájaro!
Háblale al niño que sabe
voz del alto,
la voz que se hace silencio
sobre el fango…
Háblale al niño que vive
en su pecho a Dios criando…
Tú eres la paloma mística,
Tú el Santo
Espíritu que hizo el hombre
con sus manos…

Habla a los niños, que el reino
tan soñado
de los cielos es del niño
soberano;
del niño, rey de los sueños,
¡corazón de lo creado!

¡Habla, que lo quiere el niño!
¡Ya está hablando!…

Miguel de Unamuno


domingo, 23 de diciembre de 2012

Jesús, el dulce, viene

Frederick Goodall, (1822 - 1904): Él ya sabía que es Hijo del Padre

Jesús, el dulce, viene…
Las noches huelen a romero…
¡Oh, qué pureza tiene
la luna en el sendero!

Palacios, catedrales,
tienden la luz de sus cristales
insomnes en la sombra dura y fría…
Mas la celeste melodía
suena fuera…
Celeste primavera
que la nieve, al pasar, blanda, deshace,
y deja atrás eterna calma…

¡Señor del cielo, nace
esta vez en mi alma!

Juan Ramón Jiménez

sábado, 22 de diciembre de 2012

El poeta a caballo

Anton Mauve: Carrera en la nieve.

¡Qué tranquilidad violeta,
por el sendero, a la tarde!
A caballo va el poeta...
¡Qué tranquilidad violeta!

La dulce brisa del río,
olorosa a junco y agua,
le refresca el señorío...
La brisa leve del río...

A caballo va el poeta...
¡Qué tranquilidad violeta!

Y el corazón se le pierde,
doliente y embalsamado,
en la madreselva verde...
Y el corazón se le pierde...

A caballo va el poeta...
¡Qué tranquilidad violeta!

Se esté la orilla dorando...
El último pensamiento
del sol la deja soñando...
Se está la orilla dorando...

¡Qué tranquilidad violeta,
por el sendero, a la tarde!
A caballo va el poeta...
¡Qué tranquilidad violeta!

Juan Ramón Jiménez

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Canción que nunca pone el pie en el suelo

La nieve está hablando.
Hoy 
se ha vuelto loca:
parece
que llama con los nudillos
de puerta en puerta.

  Va y viene.
No sé quién la está escribiendo
pero en el aire se lee.

Miradla bien:
cuando llega 
junto al suelo, se detiene;
no toca en la tierra: llama,
parece llamar.
Parece.
Luis Rosales, Retablo de Navidad, 1940.

martes, 18 de diciembre de 2012

Los niños también leen

José Santiago Garnelo, (1866-1944): J.J. y Gloria de las Bárcenas con Tomás Salvany 

Henry Jules Jean Geoffroy, (1853-1924): El estudiante.

Friedrich von Amerling

Steven Christopher Seward.

Jean-Baptiste Greuze: El escolar dormido, 1757.

Nikolai Petrovich Bogdanov-Belsky: Nuevo cuento

Charles Lucy, (1814-1873): Horas de sol

Carl Larsson: Rincón del estudio


viernes, 14 de diciembre de 2012

Las ínsulas extrañas

Hoy es el día del místico san Juan de la Cruz, uno de mis autores favoritos. No puedo dejar de traer aquí estas estrofas del Cántico espiritual.


Mi amado, las montañas, 
los valles solitarios nemorosos, 
las ínsulas extrañas, 
los ríos sonorosos, 
el silbo de los aires amorosos. 

La noche sosegada, 
en par de los levantes de la aurora, 
la música callada, 
la soledad sonora, 
la cena, que recrea y enamora. 

Cazadnos las raposas, 
que está ya florecida nuestra viña, 
en tanto que de rosas 
hacemos una piña, 
y no parezca nadie en la montiña. 

Detente, Cierzo muerto: 
ven, Austro, que recuerdas los amores, 
aspira por mi huerto, 
y corran tus olores, 
y pacerá el Amado entre las flores. 

Oh ninfas de Judea, 
en tanto que en las flores y rosales 
el ámbar perfumea, 
mora en los arrabales, 
y no queráis tocar nuestros umbrales. 

Escóndete, Carillo, 
y mira con tu haz a las montañas, 
y no quieras decidlo;
mas mira las campañas 
de la que va por ínsulas extrañas.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Me estás enseñando a amar

Clarence F. Underwood, 1871-1929

Me estás enseñando a amar. 
Yo no sabía. 
Amar es no pedir, es dar,
noche tras día. 

La Noche ama al Día, 
el Claro ama a la Oscura. 
Qué amor tan perfecto y tan raro. 
Tú mi ventura. 

El Día a la Noche alza, besa 
sólo un instante. 
La Noche al Día -alba, promesa- 
beso de amante. 

Me estás enseñando a amar. 
Yo no sabía. Amar es no pedir, es dar. 
Mi alma, vacía. 

Gerardo Diego

Clarence F. Underwood, 1871-1929

Robert Frederick Blum: Dos enamorados

Clarence F. Underwood, 1871-1929

sábado, 8 de diciembre de 2012

Bartolomé Esteban Murillo



Inmaculada con el Padre Eterno, 1668. Convento de Capuchinos Sevilla.

Inmaculada Concepción. Museo Hermitage.

Inmaculada del Coro, “La Niña”, 1668. Convento de Capuchinos de Sevilla.

La Inmaculada Concepción de los Venerables, 1678. Museo del Prado.

La Inmaculada de la media luna. Museo del Prado.

Inmaculada Concepción, "La Colosal". 1650

Inmaculada del Escorial, 1660.

Immaculada Concepción, 1655. Musée du Louvre.

Inmaculada Concepción, 1670. Museo de  Baltimore.

Inmaculada de Aranjuez, 1670-80. Museo del Prado.