A una calavera
Esta cabeza, cuando viva, tuvo
sobre la arquitectura destos huesos
carne y cabellos, por quien fueron presos
los ojos que mirándola detuvo.
Aquí la rosa de la boca estuvo,
marchita ya con tan helados besos,
aquí los ojos de esmeralda impresos,
color que tantas almas entretuvo.
Aquí la estimativa en que tenía
el principio de todo el movimiento,
aquí de las potencias la armonía.
¡Oh hermosura mortal, cometa al viento!,
¿dónde tan alta presunción vivía,
desprecian los gusanos aposento?
Lope de Vega
Hola. Me recuerda los cuadrod de Valdes Leal que muestran como la muerte acaba con toda presunción.
ResponderEliminarSí que es verdad, pero esta pintura no se de quien es.
Eliminar¡Gracias!
Y dice el Eclesiastés:
ResponderEliminar"Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin".
Imprescindible tenerlo presente...vanidad de vanidades...pero ha puesto eternidad en nuestro corazón...y, como nos dijo San Agustín: "Sólo en el interior del hombre habita la Verdad"
Como siempre, muchas afinidades encuentro en este blog.
Gracias. Un beso
Muchas gracias, Rosa, por tu comentario. Esta tarde hablaba con unas amigas sobre la eternidad, y era inevitable este post.
EliminarUn beso.