domingo, 7 de noviembre de 2010

Gaudí y la Sagrada Familia


Entrevista a Joan Rigol i Roig, Presidente de la Fundación de la Sagrada Familia

—El templo lleva más de un siglo en construcción, ¿por qué tanto tiempo?

—Gaudí decía que su cliente era Dios, y Dios no tiene prisa. Además, ha habido una época en que la construcción estaba condicionada a la capacidad de obtener recursos económicos para levantarlo. Y otro elemento que ha ralentizado es que intentar hacer el proyecto de Gaudí a través de los restos de maquetas y planos que se han encontrado exige un estudio previo importante. Las cosas tienen su propio ritmo.

—En estos años, ¿cómo se ha financiado la Sagrada Familia? ¿Han sido todo donaciones, ha habido subvenciones?

—No ha habido ninguna aportación oficial. Todo procedía del dinero que se obtenía a partir de colectas y donaciones. Eso fue así hasta que el monumento tuvo la suficiente personalidad y, en el contexto de la Barcelona post-92, llevó a tener una buena cantidad de ingresos por las entradas que cobramos por la visita. Nos financiamos con esto y con la tienda de recuerdos (que es otra fuente importante), más las donaciones que recibimos, muchas de ellas, testamentarias.

—Puede dar la impresión de que la Sagrada Familia es un proyecto muy barcelonés. ¿Se pretende que sea más universal?

—Este es el reto que tenemos, a partir de la consagración del templo. Hasta ahora, representa fundamentalmente una obra en curso de Gaudí, monumental, centrada en su construcción y su arquitectura. De hecho, el autor pretendía que la Sagrada Familia fuese un referente de la Iglesia universal. Tanto porque viene a visitarla gente de todo el mundo, como por su contenido en el conjunto de la Iglesia. En este sentido, después de abrir el templo al culto deberemos darle un contenido y un mensaje propio de la universalidad de la Iglesia.

—¿Por qué se la conoce como "la catedral de los pobres"? ¿Hace referencia al modo de conseguir las aportaciones?

—Efectivamente. Era un estilo casi franciscano de pedir el dinero e ir construyendo conforme a lo que se tenía. El propio Gaudí se implicó hasta el punto de salir él mismo a pedir por la calle. Es comprensible, porque la Sagrada Familia era su vocación total, como arquitecto, como persona, como cristiano.

(...)

—Se habla de Gaudí como de un genio? ¿Qué es lo que más le caracteriza?

—No soy experto en arquitectura. Pero puedo decirle que transforma absolutamente el neogótico. Gaudí hace un templo esbelto al máximo, sin ningún contrafuerte y a la vez, donde debería estar la piedra fundamental que aguanta los nervios de la bóveda, hay un agujero. Lo consigue con una mezcla de cálculos geométricos y de visión de la naturaleza. Crea una figura de espacio sagrado absolutamente novedosa.

—No sólo la Sagrada Familia, sino que buena parte de la obra de Gaudí obedece a un concepto arquitectónico ligado con lo religioso, ¿no?

—Es evidente que en Gaudí, en especial en la Sagrada Familia –pero también en la Casa Milá y en otras– el hecho religioso es fundamental. Toda la Sagrada Familia es una catequesis hecha de piedra. Están las Bienaventuranzas, el Padrenuestro, la Pasión… Recientemente, se ha publicado un libro, obra de Armand Puig, que explica toda la simbología religiosa del templo, y es muy extensa. Él siempre pensó que este templo era su obra decisiva.

(...)

—¿Por qué la biografía de Gaudí aparece rodeada de cierto misterio? Se le muestra ligado con temas esotéricos, con sociedades secretas...

—La fuerza de Gaudí, y su fuerza religiosa, ha sido tan potente que algunos le quieren ver la quinta pata del gato. Como es un personaje de gran modernidad en su expresión arquitectónica, y en su creatividad, les cuesta entender que un hombre tan religioso pueda haber hecho eso, y buscan unas tesis de esoterismo y similares, que, por otro lado, se aguantan poco.

—¿Cuáles son los rasgos ideológicos de Gaudí?

—Fue un catalán muy convencido, hasta el punto de que se llegó a pasar una noche en el cuartelillo de la policía por no haberse dirigido en castellano a un guardia que le interpelaba. Pero es evidente que su eje fundamental es su sentido religioso, cristiano. Baste pensar en que la fotografía posiblemente más conocida de él es una donde aparece en la Procesión del Corpus, porque era un cristiano militante.

(...)

—Por último, ¿cuándo se acabará definitivamente el templo?

—La nave central estará abierta al culto el día 7 de noviembre, con el Papa, y a partir de ahí se dejará abierta. Creo que el templo se podrá terminar en unos quince años. Pero a partir de ahora se construirá todo desde el exterior y será más visible comprobar cómo se avanza.


5 comentarios:

  1. Que un genio tan innovador como Gaudí tuviera una ideología cristiana y un sentimiento religioso es algo que choca y molesta a muchos,parece que todo lo relacionado con la religión es retrógrado y nocivo ,que coharta y limita ;ahí se demuestra que no
    Visité la sagrada Familia hace tiempo y tengo que volver
    Un abrazo

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  2. Magnífica la entrevista y genial el video de la Sagrada Familia. Un placer saludarte.

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  3. Hola Ars Vitae,
    una entrevista muy interesante. Me ha gustado mucho la respuesta que dio Gaudí cuando le preguntaron por qué llevaba tanto tiempo la construcción de la iglesia: "porque mi cliente es Dios y Dios no tiene prisa"
    Gracias por la entrada
    Un saludo

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  4. Coincido con todos vosotros en la admiración por Gaudí. Realmente su obra es única, como lo era él.

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  5. Hola!!Como catalana me siento feliz que el templo de la Sagrada familia sea ya consagrado y máxime por nuestro actual Papa.

    Para mi Gaudí nunca fue un desconocido, he recorrido todas su obras, las he acariciado como buscando su interor, para que me hablaran de él y su fe me calaba por dentro cuando más lejada esta yo de la Iglesia.
    Tuve la suerte de poder estudiar enfermería en el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, obra realizada por dos discípulos suyos, Montaner y Domenech, es un verdadero lujo pasearse por el recinto y admirarse de la gran similitud con su maestro.
    Gaudí, murió atropellado por un tranvía, nadie lo reconoció, pensaron que se trataba de un pobre hombre, no cuidaba demasiado su aspecto personal, siempre estaba como fuera de sí con el fuego que llevaba dentro de su alma, expresando con su obras únicas e irrepetibles, la fe en Jesucisto.

    Así lo he conocido siempre, no basta con admirar una obra para saber de quié es, hay que meterse dentro para conocerlo.
    Gracias por tu espacio, es realmente excelente
    Te felicito
    Recibe mi ternura
    Sor.Cecilia

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