Cuenta el mito que Apolo, dios de los arqueros y de la música, se jactaba de haber matado a la serpiente Pitón del Monte Parnaso, burlándose de Eros.
Este, irritado por las burlas de Apolo, le lanza una flecha de oro para que se enamore de la ninfa Dafne. En cambio, a ella le lanza una flecha con plomo que le provoca aversión a Apolo.
Dafne huye de la persecución de Apolo, y al llegar a la orilla del río Peneo, padre de la ninfa, a quien le pide ayuda y Peneo la convierte en laurel. Apolo se abrazó al árbol llorando y dijo:
"Puesto que no puedes ser mi mujer, serás mi árbol predilecto y tus hojas, siempre verdes, coronarán las cabezas de las gentes en señal de victoria"
Si por algo se caracteriza el arte europeo del siglo XVII es por retomar motivos de la mitología greco-latina como objeto de sus obras.
El mito de Dafne y Apolo queda reflejado en un grupo escultórico de inefable belleza del maestros napolitano Gian Lorenzo Bernini (1598-1680)
También Garcilaso de la Vega los hace protagonistas de uno de sus más famosos sonetos:
A Dafne los brazos ya le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el ojo oscurecían;
de áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros aún bullendo estaban;
los blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol, que con lagrimas regaba.
¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba!
Hola,
ResponderEliminarHe disfrutado cada post en su blog, las buenas historias, buena música, el arte ...
Me encantó.
Le deseo la Paz.
Gracias por vuestros comentarios.
ResponderEliminarHe visitado tu casa en retroactivo y la he saboreado con gusto; ésta entrada en particular. No recordaba la historia del laurel.
ResponderEliminarMuchas gracias, Cassiopea, se bienvenida.
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