Mostrando entradas con la etiqueta Manuel Machado. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Manuel Machado. Mostrar todas las entradas

martes, 26 de julio de 2016

Julio

John Phillip, R.A: Aguadora de Sevilla
 
Calle del Betis. Triana. 
El corazón del estío 
penetra el escalofrío 
de la fuente charlatana. 

La Velada de Santa Ana 
llena de música el río. 
Con los ojos de Rocío 
se ilumina la ventana. 

De envidia, al verla, una estrella, 
en las alturas sin fin, 
estremecida rutila. 

Y se apaga cuando ella 
sale envuelta en el jardín 
de su mantón de Manila.

Manuel Machado
 

Manuel García Rodríguez: Patio sevillano  

jueves, 29 de mayo de 2014

Gerineldos, el paje

Marianne Stokes (1855-1927): La reina y el paje, 1896
 
Del color del lirio tiene Gerineldos 
dos grandes ojeras; 
del color del lirio, que dicen locuras 
de amor de la reina. 

Al llegar la tarde, 
pobre pajecillo, 
con labios de rosa, 
con ojos de idilio;
 al llegar la noche, 
junto a los macizos 
de arrayanes, vaga, 
cerca del castillo. 

Cerca del castillo, 
vagar vagamente 
la reina le ha visto. 
De sedas cubierto, 
sin armas al cinto, 
con alma de nardo, 
con talle de lirio. 

(Manuel Machado)

jueves, 11 de abril de 2013

Porque es mujer la Primavera

Benjamin Haughton: Mujer en el invernadero

...Porque es mujer la Primavera... Y tiene

cálidos ojos, labios rojos, dulces turgencias

y aliento perfumado. Y porque viene

llena de amor, de vida, de alegres inconsciencias...


Albert Beck Wenzell, 1864-1917.

Porque nos da las flores -cándidos azahares-,

que luego son naranjas luminosas...

Porque es toda ilusión; porque es toda cantares,

belleza, sueños, rosas generosas...


Edmund Charles Tarbell: Emeline, en un jardín, 1890

La llamaste, -maestro- ¡Juventud!... Era fácil

el tropo mas no tanto afortunado,

aunque en boca de todos resuene veces mil.


Daniel F. Gerhartz: Rosa amarilla

Como la Primavera es tierna y grácil

la Juventud...  Mas ella jamás ha retornado

como retornan, ¡siempre!, mayo gentil y abril.

Manuel Machado

Frederick Carl Friesek: Tarde en la habitación amarilla

miércoles, 8 de agosto de 2012

Aquel verano

Frutales
cargados.
Dorados
trigales...

Cristales
ahumados.
Quemados
jarales...

Umbría
sequía,
solano...

Paleta
completa:
verano.

(Manuel Machado)

Franz Arthur Bischoff (1864-1929): "A Spring Poem", (1914)
Emile Friant, "Los recuerdos"

Frank Weston Benson, "Día de verano"

Edouard Vuillard: "In the Park at the Château des Clayes", (1933)

Francis Campbell Boileau Cadell, "Interior, summer"

 
Damian Elwes: Estudio de Matisse, Collioure, (1905)

domingo, 1 de abril de 2012

Fantasía de Puck

Sophie Gengembre Anderson. Hada

El hada pequeñita
de las piedras preciosas
que vive en un coral
busca al gnomo que habita
la corteza rugosa
de un antiguo nogal.

Y, juntos, de la mano
para hacer travesuras,
aquella noche van,
como hermana y hermano,
por las sendas oscuras
de la selva ideal...

Detrás va su cortejo
de dudas y sospechas...
Y una marcha triunfal
saluda al crimen, viejo
que ruge y canta endechas
con su voz de puñal.

Van los presentimientos
junto a las intenciones...
Con los recuerdos van
los malos pensamientos,
las locas tentaciones
ahogadas al brotar.

Todo lo que hay de sueños
de otra vida perdido;
lo que pasó o vendrá.
Vagas curvas de ensueños:
lo que casi no ha sido...,
lo que tal vez será...

Va, callado, cruzando
el cortejo discreto
por la selva ideal...
¡Viene el día temblando...;
va a romper el secreto
la aurora al despuntar!...

Mas sólo vio, al mostrarse,
una burbuja sobre
las olas del mar...
Y una cara borrarse
en la corteza pobre
del antiguo nogal.

(Manuel Machado)

domingo, 12 de junio de 2011

Mar


Era un suspiro lánguido y sonoro
la voz del mar aquella tarde... El día,
no queriendo morir, con garras de oro
de los acantilados se prendía.

Pero su seno el mar alzó potente,
y el sol, al fin, como en soberbio lecho,
hundió en las olas la dorada frente,
en una brasa cárdena deshecho.

Para mi pobre cuerpo dolorido,
para mi triste alma lacerada,
para mi yerto corazón herido,

para mi amarga vida fatigada...
¡el mar amado, el mar apetecido,
el mar, el mar, y no pensar nada...!

Manuel Machado, Ocaso


martes, 18 de enero de 2011

El jardín negro


Es noche. La inmensa
palabra es silencio...
Hay entre los árboles
un grave misterio...
El sonido duerme,
el color se ha muerto.
La fuente está loca,
y mudo está el eco.

¿Te acuerdas?... En vano
quisimos saberlo...
¡Qué raro! ¡Qué oscuro!
¡Aún crispa mis nervios,
pasando ahora mismo
tan sólo el recuerdo,
como si rozado
me hubiera un momento
el ala peluda
de horrible murciélago!...
Ven, ¡mi amada! Inclina
tu frente en mi pecho;
cerremos los ojos;
no oigamos, callemos...
¡Como dos chiquillos
que tiemblan de miedo!

La luna aparece,
las nubes rompiendo...
La luna y la estatua
se dan un gran beso.

(Manuel Machado)

lunes, 13 de diciembre de 2010

Retrato



Esta es mi cara y ésta es mi alma: leed.
Unos ojos de hastío y una boca de sed...
Lo demás, nada... Vida... Cosas... Lo que se sabe...
Calaveradas, amoríos... Nada grave,
Un poco de locura, un algo de poesía,
una gota del vino de la melancolía...
¿Vicios? Todos. Ninguno... Jugador, no lo he sido;
ni gozo lo ganado, ni siento lo perdido.
Bebo, por no negar mi tierra de Sevilla,
media docena de cañas de manzanilla.
Las mujeres... -sin ser un tenorio, ¡eso no!-,
tengo una que me quiere y otra a quien quiero yo.

Me acuso de no amar sino muy vagamente
una porción de cosas que encantan a la gente...
La agilidad, el tino, la gracia, la destreza,
más que la voluntad, la fuerza, la grandeza...
Mi elegancia es buscada, rebuscada. Prefiero,
a olor helénico y puro, lo "chic" y lo torero.
Un destello de sol y una risa oportuna
amo más que las languideces de la luna
Medio gitano y medio parisién -dice el vulgo-,
Con Montmartre y con la Macarena comulgo...
Y antes que un tal poeta, mi deseo primero
hubiera sido ser un buen banderillero.
Es tarde... Voy de prisa por la vida. Y mi risa
es alegre, aunque no niego que llevo prisa.
-