«Ven, luna, baja; besa a mi encanto en la frente", dice la madre a la niña chiquita que tiene en su falda, mientras la luna sonríe soñando.
De la soledad cargada de sombra del bosque de mangos vienen, deslizándose por la oscuridad, la vaga fragancia del verano y el canto de los pájaros de la noche.
Y el surtidor de quejumbre de la flauta de un labrador sube allá, en una aldea distante.
Y la madre joven, sentada en la azotea, con la niña en la falda, arrulla dulcemente: «Ven, luna, baja; besa a mi encanto en la frente.» Y mira arriba a la luz del cielo, y luego a la luz de la tierra en su brazos. Yo me maravillo del plácido silencio de la luna.
La niña chiquita repite riendo lo que su madre le dice a la luna: «Ven, luna, baja» Y la madre sonríe, y sonríe la noche llena de luna.
Y yo, el poeta, el marido de la madre de la niña chiquita, lo veo todo, escondido.
Lírica breve, 50
Rabindranath Tagore. Premio Nobel de Literatura 1913.
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ResponderEliminarMerci
De rien!
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