Vierte, corazón, tu pena
donde no se llegue a ver,
por soberbia, y por no ser
motivo de pena ajena.
Yo te quiero, verso amigo,
porque cuando siento el pecho
ya muy cargado y deshecho,
parto la carga contigo.
Tú me sufres, tú aposentas
en tu regazo amoroso,
todo mi amor doloroso,
todas mis ansias y afrentas.
Tú, porque yo pueda en calma
Amar y hacer bien, consientes
en enturbiar tus corrientes
con cuanto me agobia el alma.
Tú, porque yo cruce fiero
la tierra, y sin odio, y puro,
te arrastras, pálido y duro,
mi amoroso compañero.
Mi vida así se encamina
al cielo limpia y serena,
y tú me cargas mi pena
con tu paciencia divina.
Y porque mi cruel costumbre
de echarme en ti te desvía
de tu dichosa armonía
y natural mansedumbre;
porque mis penas arrojo
sobre tu seno, y lo azotan,
y tu corriente alborotan,
y acá lívido, allá rojo,
blanco allá como la muerte,
ora arremetes y ruges,
ora con el peso crujes
de un dolor más que tú fuerte,
¿Habré, como me aconseja
un corazón mal nacido,
de dejar en el olvido
a aquel que nunca me deja?
¡Verso, nos hablan de un Dios
adonde van los difuntos:
Verso, o nos condenan juntos,
o nos salvamos los dos!
(José Martí)
Hijo de padres españoles, de clase humilde, radicados en Cuba, nació en la Habana el 28 de enero de 1853.
Estudió bajo el cuidado del poeta Rafael María de Mendive quien detectó muy pronto su gran talento.
A los dieciséis años fue encarcelado por sus ideas revolucionarias y posteriormente indultado y deportado a España.
Continuó su educación en la Universidad de Zaragoza donde se licenció en las carreras de Filosofía y Letras y en Derecho, ambas en 1874.
Vivió luego en México y Guatemala, regresando a Cuba de donde fue nuevamente desterrado en 1879.
Durante su exilio en EE.UU. se dedicó al periodismo y fundó el Partido Revolucionario Cubano en 1892.
Como escritor fue el precursor del modernismo latinoamericano, representado en numerosas obras entre las que se destacan, Ismaelillo (1882), Versos sencillos (1891) y Versos libres en 1892.
Murió en combate en 1895 durante su lucha contra las tropas españolas en Dos Ríos, actual provincia de Granma, en el oriente cubano.
© amediavoz.com
Soberbio poema del padre de la patria cubana, lleno de fuerza e intensidad. Un cordial saludo.
ResponderEliminarInefable. No puedo decir más.
ResponderEliminarInconfundible este gran poeta. Un acierto publicarlo.
ResponderEliminarUn beso
Muchas gracias, Francisco, por sus amables palabras. Me alegro mucho de que le guste el blog.
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