Alice Pike Barney |
Inmóvil en la luz, pero danzante,
tu movimiento a la quietud que cría
en la cima del vértigo se alía
deteniendo, no al vuelo, sí al instante.
Luz que no se derrama, ya diamante,
fija en la rotación del mediodía,
sol que no se consume ni se enfría
de cenizas y llama equidistante.
Tu salto es un segundo congelado
que ni apresura el tiempo ni lo mata:
preso en su movimiento ensimismado
tu cuerpo de sí mismo se desata
y cae y se dispersa tu blancura
y vuelves a ser agua y tierra obscura.
Octavio Paz.
Los encuentros con la poesía son momentos íntimos y profundos y los vivo intensamente
ResponderEliminarGracias por ofrecerme esos momentos.
Princesa, me alegro que puedas vivir esos momentos en mi blog.
EliminarUn abrazo.
Da gusto leer poemas así.
ResponderEliminarUn saludo.
Estamos de acuerdo.
EliminarSaludos.