Frederick Goodall, (1822 - 1904): Él ya sabía que es Hijo del Padre |
Jesús, el dulce, viene…
Las noches huelen a romero…
¡Oh, qué pureza tiene
la luna en el sendero!
Las noches huelen a romero…
¡Oh, qué pureza tiene
la luna en el sendero!
Palacios, catedrales,
tienden la luz de sus cristales
insomnes en la sombra dura y fría…
Mas la celeste melodía
suena fuera…
Celeste primavera
que la nieve, al pasar, blanda, deshace,
y deja atrás eterna calma…
tienden la luz de sus cristales
insomnes en la sombra dura y fría…
Mas la celeste melodía
suena fuera…
Celeste primavera
que la nieve, al pasar, blanda, deshace,
y deja atrás eterna calma…
¡Señor del cielo, nace
esta vez en mi alma!
esta vez en mi alma!
Juan Ramón Jiménez
¡Maravilloso! Este poema lo elegí para un mural que hicimos en clase ¡es precioso!
ResponderEliminar¡¡¡Besos!!!
Hermoso poema. Te envío mis mejores deseos en estas entrañables fiestas.
EliminarUn abrazo.
Muchísimas gracias, Eva. Feliz Navidad también para ti.
EliminarUn abrazo.
Son tan tiernos los versos de Juan Ramón Jiménez como el cuadro de Goodall. Qué maravilla. ¡Feliz Navidad!
ResponderEliminarFeliz Navidad, dlt.
Eliminar¡Muchísimas gracias!
Preciosa estampa y exquisito poema; un acierto en la elección. Enhorabuena y feliz Navidad.
ResponderEliminarMuchas gracias, Antonio.
Eliminar¡Feliz Navidad!
Como mañana no sé si podré venir, paso a desearte Feliz Nochebuena y ¡Feliz Navidad!
ResponderEliminarMuchas gracias, porque este blog es toda una obra de arte.
Un beso muy fuerte.
¡Feliz Navidad, Rosa!
EliminarBesos.
Felices y santas Pascuas.
ResponderEliminarMuchas gracias, Zambullida.
Eliminar¡Feliz y santa Navidad!
Si, estas "noches huelen a romero..."
ResponderEliminar¡Muchas felicidades en Nochebuena y Navidad, junto a los tuyos!