Eres un enigma que no tiene clave.
Te distingues de todas las mujeres,
nadie puede saber si odias o quieres,
sobre tu pecho hay que escribir: ¡quién sabe!
Tienes algo de fiera y algo de ave,
un día besas y otro día hieres.
¿Qué ambicionas?, ¿qué esperas?, ¿qué prefieres?
¡Tanto misterio en la razón no cabe!
Yo quisiera olvidarte y no te olvido;
desearía con ansia aborrecerte,
y nunca a nadie como a ti he querido.
Gozo al mirarte y no quisiera verte
¡Eres, mujer, mi fruto prohibido!
¡Me das la vida y a la vez la muerte!
Eugéne Amaury Duval, (1898-1885): "Madame de Loynes", (1862). Musée d'Orsay. |
Edward Elgar: Enigma Variaciones, Op.36. Variación nº 9, Nimrod:
Qué bonito...¡todo!
ResponderEliminarGracias, polizón; que no naúfrago (espero).
Eliminar¡¡¡Muchas gracias!!!, no conocía a este poeta y me ha encantado.
ResponderEliminarLa pintura y el vídeo son perfectos para acompañar al poema, preciosos.
¡¡¡Qué gusto da entrar en tu blog!!!, lleno de belleza.
Muchos besos.
Gracias a ti por tu amabilidad siempre.
EliminarBesos.
Qué enigmática mujer madame de Loynes, merecedora del precioso poema de Barreto. He quedado hechizado. Un abrazo.
ResponderEliminarEs que la imagen es "hechizante".
EliminarUn abrazo también para ti.