Lope de Vega retratado por Van der Hamen |
Gustave Doré: "Andrómeda", (1869) |
De Andrómeda
Soneto 86
Atada al mar, Andrómeda lloraba,
los nácares abriéndose al rocío,
que en sus conchas cuajado en cristal frío,
en cándidos aljófares trocaba.
Besaba el pie, las peñas ablandaba
humilde el mar, como pequeño río,
volviendo el sol la primavera estío,
parado en su cénit la contemplaba.
Los cabellos al viento bullicioso,
que la cubra con ellos le rogaban,
ya que testigo fue de iguales dichas,
y celosas de ver su cuerpo hermoso,
las nereidas su fin solicitaban,
que aún hay quien tenga envidia en las desdichas.
Quien dice que en mujeres no hay firmeza
Soneto 60
Quien dice que en mujeres no hay firmeza,
no os puede haber, señora, conocido,
ni menos el que dice que han nacido
de un parto la crueldad y la belleza.
Un alma noble, una real pureza
de un cuerpo de cristal hicieron nido;
el mismo ser está con vos corrido,
y admirada de sí naturaleza.
Firme sois, y mujer, si son contrarios,
hoy vuestro pecho con victoria quede,
de que es sujeto que los ha deshecho.
Bronce, jaspe, metal, mármoles parios,
consume el tiempo; vuestro amor no puede:
que es alma de diamante en vuestro pecho.
Es inmenso Lope de Vega. Me encanta la entrada.
ResponderEliminarUn beso, ya de regreso definitivo.
¡Re-vienvenida!
EliminarGrande Lope de Vega, además me encanta su nombre. Y estoy de vuelta, un placer visitar tu blog.
ResponderEliminarBienvenido de nuevo, Rostard.
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