Jon Singer Sargent: Reposo, 1911 |
En invernales horas, mirad a Carolina.
Medio apelotonada, descansa en el sillón,
envuelta con su abrigo de marta cibelina
y no lejos del fuego que brilla en el salón.
El fino angora blanco junto a ella se reclina,
rozando con su hocico la falda de Aleçón,
no lejos de las jarras de porcelana china
que medio oculta un biombo de seda del Japón.
Marcella M. Walker: Ternura, 1899 |
Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño:
entro, sin hacer ruido: dejo mi abrigo gris;
voy a besar su rostro, rosado y halagüeño
como una rosa roja que fuera flor de lis.
Abre los ojos; mírame con su mirar risueño,
y en tanto cae la nieve del cielo de París.
Rubén Darío
Gustave Caillebotte: Tejados nevados de París |
Albert Lebourg |
Cada vez me gusta más Rubén Darío, y las imágenes perfectas para acompañar estos versos.
ResponderEliminarUn beso, ¡feliz día!
La verdad es que estoy recuperando ahora su lectura. Reconozco que puede ser muy cursi. No es que comparta su ideología, y su tufillo masónico me resulta totalmente desagradable, pero hay poemas preciosos.
EliminarMuchas gracias, Rosa.
Imágenes preciosas de un París nevado que invita a sentarse delante de una chimenea encendida.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Debe hacer bastante frío en tu tierra, Begoña. Yo aún no he tenido que encender la calefacción. Pero sí, es a lo que invita este poema.
EliminarBesos.
j' aime beaucoup les paysages d' hiver
ResponderEliminardans la peinture
et cette jeune femme alanguie
sous le charme de son ami
tendresse
edith♥♥♥
J'en aime aussi.
EliminarSalut!
Después de muchos días ausente he dado un paseo por las últimas entradas de su blog. No ha perdido un ápice de su elegancia y sensibilidad. Muchas gracias y un abrazo.
ResponderEliminarEs usted muy amable, caballero. ¡Muchas gracias! :)
EliminarNo me lo puedo creer,acabo de entrar en mi blog para publicar una entrada que había prometido hacer con imágenes que ya tenía seleccionadas...doy un paseo porque hace días que no tengo tiempo para hacer visitas y veo que hemos vuelto a coincidir
ResponderEliminar¡Parece que nos leemos el pensamiento!
La poesía de Rubén Darío es única y tienes razón tiene poemas preciosos.
Un Abrazo
JAJAJAJA, vas a ser una brujita. Pero brujita buena.
EliminarFeliz coincidencia, me alegro.
Un abrazo.