"No soy Dios, estoy en la cuerda floja". |
Bach, con los 65 años de edad cumplidos, había realizado un largo viaje desde Leizpig para estar presente en el bautizo de Adam, primogénito de su hijo Emanuel. También lo acompañaba su hijo mayor, Friedmann, un organista brillante, rebelde y autodestructivo.
En este encuentro entre el famoso músico y el rey se desataron sentimientos como la admiración, la envidia, la esperanza o la decepción.
El monarca ve en Bach al padre ideal con tan pocos puntos en común con el suyo, Ferderico Guillermo I, y el anciano considera que Federico II es el hijo que él hubiera deseado tener, tan diferente de Emanuel. Esta aproximación entre ambos sembrará la discordia tanto en la corte como en la familia Bach.
j'adore cette période de l'histoire
ResponderEliminarla musique , les décors , les habits tout est si beau
tendresse
edith (iris)