¡Esperar! ¡Esperar! Mientras, el cielo
cuelga nubes de oro a las lluviosas;
las espigas suceden a las rosas;
las hojas secas a la espiga; el yelo
sepulta la hoja seca; en largo duelo,
despide el ruiseñor las amorosas
noches; y las volubles mariposas
doblan en el caliente sol su vuelo.
Ahora, a la candela campesina,
la lenta cuna de mis sueños mecen
los vientos del octubre colorado...
La carne se me torna más divina,
viejas, las ilusiones, encanecen,
y lo que espero ¡ay! es mi pasado.
Juan Ramón Jiménez
Que el espíritu de la Navidad te envuelva de Paz
ResponderEliminary Amor
Un Beso
Es una delicia leerlo. Creo que no conocía este poema. Preciosas imágenes.
ResponderEliminarUn beso. ¡Gracias!