Henry Raeburn: La marquesa de Northampton tocando el arpa |
Del salón en el ángulo oscuro, de su dueña tal vez olvidada, silenciosa y cubierta de polvo, veíase el arpa. ¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas, como el pájaro duerme en las ramas, esperando la mano de nieve que sabe arrancarlas! ¡Ay!, pensé: ¡cuántas veces el genio así duerme en el fondo del alma y una voz como Lázaro espera que le diga: »Levántate y anda«!
Gustavo Adolfo Bécquer.
William Beechey (1753-1839) Sarah Curran tocando el arpa, 1805 |
Gerard van Honthorst: El rey David tocando el arpa |
¡Qué bonito! y me encanta el arpa...
ResponderEliminarUn beso.¡Gracias!
Muy bonito, cómo se iluminan en las dos primeras imágenes al protagonista sobre fondo oscuro destacando la luz en el primer cuadro en la cara y brazos de la protagonista y en el segundo en su figura total. El tercer cuadro una maravilla! El poema como todos los suyos me gustan. Saludos!!!
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