La tarde va a morir. En el camino
la flor de las acacias se deshace
al impulso del viento. Entre las ramas,
mortal, casi vibrante,
queda el último sol. La tierra huele,
comienza a oler, no cabe
ya dentro de sí misma y se levanta:
ahora hay tierra en la tierra y en el aire.
Y hay un bardal con sol; hasta él llegamos;
la sombra es el resumen de la tarde.
Te he sentido llorar. No sé a quien lloras.
Hay un humo distante
-un tren que acaso vuelve- mientras dices:
Soy tu propio dolor, déjame amarte.
(Luis Rosales)
PRECIOSO ARS! un abrazo
ResponderEliminarHola Ars, es muy grato pasar por tu blog y leer tus post.
ResponderEliminarSaludos y buen fin de semana.
Me encanta. Casi casi se siente la tierra entre los dedos
ResponderEliminarGracias