martes, 30 de julio de 2013

Caricia

Firmin Baes: Dulces sueños

Madre, madre, tú me besas,
pero yo te beso más,
y el enjambre de mis besos
  no te deja ni mirar…

Si la abeja se entra al lirio,
  no se siente su aletear.
Cuando escondes a tu hijito
ni se le oye respirar…

Yo te miro, yo te miro
sin cansarme de mirar,
y qué lindo niño veo
a tus ojos asomar…

Harry Roseland: La luz del hogar

  El estanque copia todo
lo que tú mirando estás;
pero tú en las niñas tienes
a tu hijo y nada más.

Los ojitos que me diste
me los tengo de gastar
en seguirte por los valles,
por el cielo y por el mar…

Gabriela Mistral 

W. Percy Day, 1918

jueves, 18 de julio de 2013

Jardín


Nubes a la deriva, continentes 
sonámbulos, países sin substancia 
ni peso, geografías dibujadas 
por el sol y borradas por el viento. 

Amédée Marcel-Béronneau: Pérgola en el jardín

Cuatro muros de adobe. Buganvillas: 
en sus llamas pacíficas mis ojos 
se bañan. Pasa el viento entre alabanzas 
de follajes y yerbas de rodillas. 

Carol Smirh: Buganvillas

El heliotropo con morados pasos 
cruza envuelto en su aroma. Hay un profeta: 
el fresno -y un meditabundo: el pino. 
El jardín es pequeño, el cielo inmenso. 

Nicolai Fechin

Verdor sobreviviente en mis escombros: 
en mis ojos te miras y te tocas, 
te conoces en mí y en mí te piensas, 
en mí duras y en mí te desvaneces. 

 Octavio Paz

domingo, 14 de julio de 2013

París era una fiesta


Claude Monet: Rue Montorgueil, 1878
Vincent van Gogh: 14 de julio en París, 1886
Clothilde Lasserre: 14 de Julio
Yannick Batogé: El desfile

miércoles, 10 de julio de 2013

domingo, 7 de julio de 2013

Serenidad


Serenidad, seamos siempre buenos
 amigos. Caminemos reposada-
mente. La frente siempre sosegada 
y siempre sosegada el alma. Menos

mal que bebí de tus venenos, 
inquietud, y no me supiste a nada. 
El aire se serena, remansada 
música suena de acordes serenos. 

No moverán la hoja sostenida 
con mis dedos, a contra firmamento 
en medio del camino de mi vida. 

Vísteme de hermosura el pensamiento, 
serenidad, perennemente 
unida al árbol de mi vida a contra viento.

(Blas de Otero)